abril 17, 2014

Conciertos: Tool - Cumbre Tajín, Parte I

Parte I: "El Viaje".



El viaje a la Cumbre Tajín fue toda una aventura,  salimos de Escuinapa Sinaloa, pasando por Tepic y transbordando a Guadalajara. De ahí volamos a Veracruz, para luego tomar un ADO a Poza Rica, 15 kilómetros antes de Poza Rica se encuentra Papantla, y ahí mismo está el “Parque Temático Takilhsuku”. Empezamos a sentir el ambiente cuando llegamos al aeropuerto de Guadalajara, había mucha gente “rarita” con peinados extraños y actitud relajada, a decir verdad ha sido de los abordajes más tranquilos y menos atropellados que he tenido, me dio la impresión de tratar con gente de mejores modales que lo habitual.

Mi ansiedad iba en aumento conforme se acercaba la hora. Pensaba muchas cosas, y me hacía muchas preguntas, como por ejemplo: ¿cómo sería el escenario?,  ¿cuanta gente asistiría?, ¿cuantas canciones tocarían? y sobre todo me preguntaba constantemente como reaccionaria yo al verlos por primera vez en vivo. Llegamos como a las 6:00 pm al lugar y nos estacionamos como a unos 3 kilómetros de la entrada al parque. Caminamos tranquilamente, la tarde estaba relativamente agradable y un poco húmeda, muy parecido al clima de la costa del Pacifico. Al llegar a donde pensé era la puerta ¡quede impresionado con la cola para entrar! daba la vuelta por una calle perpendicular al acceso. Mi novia y su amiga titubearon, en su rostro pude ver una sonrisa que decía: “¿y si mejor nos vamos por unos tacos y luego al cine?”.

Con una hora y media de fila de por medio, finalmente entramos; la validación del boleto y el acceso fue muy rápido, tal vez no me di cuenta de los gritos e inconformidades de los demás porque mi objetivo era llegar al humildemente llamado “Nicho de la Música” y acercarme lo más posible al escenario. Tuvimos suerte de que muchas personas pensaran que las bandas fuertes empezarían a tocar tarde, pues eran ya aproximadamente las 7:00pm o 7:30 pm y la Tool Army aún no se congregaba tan groseramente como lo haría al momento del concierto. Recuerdo que pensé en ellos como unos ilusos confiados al creer que podrían acercarse a la meritita hora y tener un lugar preferente, ¡Por Dios Santo de mi vida! ¡Puscifer, Primus y Tool! ¡Yo quería ya estar ahí!.

Al llegar al “Nicho de la Música” sentí eso que se siente cuando de niño ves los regalos de navidad bajo el arbolito, una sensación en el pecho de felicidad acompañada de un vértigo de ir caminando sin ver donde pisas por ir admirando la techumbre abovedada y blanca del nicho. Una estructura elevada, tal vez 15 o 20 metros de alto en las columnas que sostienen la techumbre abovedada, con unas dimensiones aproximadas de 50 por 300 metros. Honestamente solo especulo al respecto, pero eso pensé al ver el recinto.

Intente acercarme seguido por mi novia y su amiga. Avanzábamos lento por el tumulto que se apachurraba y se compactaba sistemáticamente conforme más nos adentrábamos. Cambiamos la estrategia y fue mi novia la de avanzada, pensé que sería más agradable ser desplazado por ella con sus chinos y su sonrisa que por un tipo sudoso y desesperado por ver a cuatro músicos. La estrategia dio resultado y me pudo meter como hasta unos 150 metros del escenario, no más, ya era imposible seguir. El calor era insoportable y mis acompañantes decidieron (sabiamente) esperar un poco más atrás. Me quede junto a 40,000 almas.

No hablare en esta ocasión de Puscifer ni de Primus, solo diré que estuvieron impresionantes y Les Claypool se mostró muy emotivo y con el sentimiento a flor de piel. Escuchar sus anécdotas y lo feliz que se sentía de volver a tocar con sus amigos de Tool después de tantos años incrementaba la ansiedad de todos. Tal era la emoción que imperaba en la multitud que los técnicos de guitarra y bajo de Tool, le arrancaron impresionantes gritos a todos solo con hacer el soundcheck previo al inicio del concierto. Lo mejor estaba por venir. -Colaboración especial de Cristobal Gutiérrez-

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